"Ñuñoa Cuántica" (II)



      Más tarde llego a la casa de su infancia y, contra todo pronostico, la encontró muy similar al recuerdo que tenía. Era un casona blanca de dos pisos que simulaba el diseño de buque, con pequeñas ventanas redondas y un balcón curvo con barandas como pasamanos.
     Todo lo demás era distinto; al frente habían construido un hotel de cuatro pisos; en el almacén de la esquina, estaba instalada una compraventa de automóviles; en la propiedad de sus amigos de infancia, un farmacia. Pero  su casa permanecía incólume a los cambios.
   Se quedó largo rato mirándola, recuperando recuerdos. Sintio deseos de verla por dentro pero no se atrevió a tocar el timbre. Decidió entrar al hotel y pedir que lo dejaran ir a la terraza para contemplarla desde lo alto. No le pusieron problemas. Subió hasta la azotea y quedo maravillado al comprobar que el patio en donde habia jugado desde niño estaba igual; el viejo naranjo ya muy rugoso habia aguantado los embates del tiempo; el lavadero se mantenía casi idéntico. Por unos breves instantes se vio a si mismo de siete años observando el agua que salía de la manguera con que su madre regaba las plantas.


Continuará

Viernes 5 de Septiembre de 2015, 23:55

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