"Ñuñoa Cuántica" (XI)


 Giulio releyó la carta tres veces intentando descifrar si acaso era una broma; estaba manuscrita y de inmediato reconoció la típica caligrafía americana, ordenada y limpia.
 Se levantó y volvió a la recepción.
 “Dígame doctor”
“ Disculpe, pero porqué me llama doctor?
 “Disculpe usted señor Leporetti”
“ No, no me importa como me llame; pero ¿de dónde sacó que yo soy doctor?
 “Jaja, es bromista el doctor…”
“ Bueno, esta bien. Dejémoslo así. Mire, le quiero pedir que cuando llegue la señora Duncan le diga que estaré en el vestíbulo esperándola.
“Ni un problema. Apenas llegue se lo digo”
“Una última pregunta. Hubo aquí un congreso de médicos o algo así?"
El recepcionista lo miro desconcertado.
“Fue una ceremonia en su homenaje doctor. Entiendo que se le premió por su labor como investigador en el campo de la medicina nuclear, lo que ha hecho en los Estados Unidos...”


(Continuará)

Domingo 13 de Septiembre de 2015, 21:30

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