"Ñuñoa Cuantica" (XIII)

  Giulio no pudo articular palabra.
  “Algo te pasa, te conozco”
  “Si se lo dijera, no lo creería” dijo Giulio.
  “¿Porqué me tratas de usted?
  “Por que no la conozco”
  “Mmm, subamos a la habitación y allí me cuentas que pasó. ¿Me ayudas con estas bolsas?
  Caminaron hacia el ascensor; luego de apretar el botón quedaron mirándose hasta que la tenue campanilla electrónica anunció la llegada al piso veinte.
  Apenas entrar Giulio reconoció su terno extendido sobre la cama. La mujer extrajo de una bolsa una camisa, aun con su plástico protector, y la puso encima de la chaqueta.
  “Qué te parece? Creo que con la corbata verde te verás precioso. ¡Pero porqué esa cara! Cuéntame, que te pasa”
  Intentaré ser lo mas breve posible; “ Mi nombre es Giulio Leporetti, tengo 59 años; trabajo, desde hace 27 años trabajo como investigador en el ámbito de la física cuántica en la Universidad de Princeton, Estados Unidos. Llegué a los 33 y allí conocí a mi mujer, Sharam Bitta, una japonesa residente con quien tengo tres hijos. Vine a Chile después de 25 años para mostrarle mi país. Hoy en la mañana salí de este hotel para visitar mi casa de infancia. Al llegar comenzaron a suceder cosas extraordinarias; la primera, es que pude entrar y vi a mi madre a los veinticinco años; me vi a mi mismo a los siete. Las imágenes que tengo son como extraídas de un sueño. Luego salí y me vine al hotel; al pedir mi tarjeta me informan que la habitación está desocupada desde hace tres días. La recepción verifica y me dicen que mi habitación es la 2105 y que mi mujer se llama Twiggy Duncan. Eso.

(Continuará)


Martes 15 de Septiembre de 2015, 21:00

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