"Araña" (II)


     Hay quienes me han acusado de grave escándalo por aventurarme de día por las piezas, el cuarto de baño y la cocina. Es verdad que corro peligro ¿quién mas lo sabe mejor que yo? Pero si no lo hiciera mi vida no seria vida. Lo que le da sentido a mi vivir es, precisamente, el saber que en uso de mi libertad me someto a las mortales probabilidades de las aventuras que emprendo.          
          Cuantas de nosotras, arañas de todo tipo, hemos sido asesinadas inmisericordemente, sin piedad, por el solo hecho de ser arañas y repugnar a muchos. Nunca nadie se ha puesto a pensar que no es grato sentir la repulsión que sienten ustedes, bichos de razón, con sólo ver nuestra presencia. Si nos quedamos quietas y no movemos ni una pata, nos ven como amenazadoras; si nos movemos rápido tratando de escapar, entonces nos suponen cobardes. No hay manera que nos dejen tranquilas. Mis ojos han visto demasiadas crueldades: he visto cómo a una prima la quemaban viva con un palo de fósforo encendido mientras ella se deslizaba por una hebra para alcanzar el suelo; he visto violentos golpes con un grueso diario y ver como queda el cuerpo destrozado por el impacto; he visto simplemente como rocían con colonia o algún perfume barato nuestro cuerpo velludo: ¿algún bicho de razón ha pensado lo doloroso que es?; es quemarse vivo, pero con una llama mojada. Yo lo he visto; por eso digo, Dios no lo quiera, pero si tengo que morir prefiero de un certero zapatazo.

Domingo 26 de Julio de 2015, 22:00

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