"¿Que vas hacer de tu vida" (IV)

        La mañana del lunes don Aldo, que acababa de ducharse, escuchó el timbre. Aun no terminaba de vestirse. Alcanzó la bata blanca que colgaba de la puerta del baño y bajó al primer piso. Miró por la mirilla: sobre el círculo de vidrio apareció una mujer joven, morena, de labios gruesos y cejas pronunciadas. Alejándose de la puerta, se pasó la mano por la cabeza para aplastarse el pelo, se seco la frente y abrió. Frente a él apareció a una mujer que reunía todos los atributos que, en su juventud,  Aldo Betancourt había buscado.
   -“Buenos días don Aldo. Me llamo Roberta Maulén; me envió Marcos, el conserje. Me dijo que usted necesitaba  alguien que le hiciera el aseo, lavara la ropa y ordenara…”
     - “Así es… ¿Roberta?
   - “Si, es un nombre extraño para mujer; loca idea de mi padre” dijo sonriendo, mostrando una hilera perfecta de dientes blancos.
     - “Bueno si, la verdad es que hace tiempo buscaba a alguien de confianza. Antes el aseo lo hacia Arturo, un auxiliar, pero me informaron que lo habían despedido… y bueno, también requiero lavado y planchado… en fin, todo”
   - “Don Aldo, tengo necesidad urgente de trabajar; soy una persona de confianza, puede consultarle a la señora Doris, la de los perritos… trabajo con ella hace años y nunca hemos tenido problemas. Si quiere le digo que me haga una carta de recomendación…”
      -“No se preocupe Roberta… pero pase, quiere tomar una taza de café?
    -“Si usted quiere don Aldo, yo misma lo preparo. Las casas son todas muy parecidas por lo que se donde está la cocina… quiere que le preparé uno para usted?”
   - Bueno, no muy cargado. Subiré un  momento y afinaremos los detalles. Pero tranquila Roberta… me ha encantado..”
   - “Y usted a mi, don Aldo" dijo con voz baja.
      Betancourt subió contento al segundo piso. Se vistió rápidamente y, antes de bajar, buscó en el botiquín una colonia que esparció  por ambas mejillas”


(Continuará)



Domingo 29 de noviembre de 2015, 23:00

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