"Teoría del Caos" (V)


    Muchos de los habitantes del pueblo, especialmente los pescadores, suponían que Artog pasaba los cuarenta años. Sin embargo, recién estaba por cumplir los treinta y tres. Esto se supo cuando Artog fue a votar y una apoderada de mesa, curiosa, se fijó con detalle en la cédula de identidad, esparciendo la información. Las mujeres que, en general, lo encontraban atractivo y misterioso, se preguntaban si acaso era soltero, casado o separado.
            Fernando, el dependiente de la librería, comentaba que Artog compraba sólo tubos de pintura que encargaba especialmente. Lo extraño, decía, es que siempre pide los mismos cuatro colores: azul, amarillo, rojo y verde y, de vez en cuando, una botella de trementina y uno que otro pincel.
     Mas de alguna mujer, movida por la posibilidad de conquistarlo, había buscado infructuosamente en internet información de pintores pero no había conseguido nada. El misterio  aumentaba y, poco a poco, se iba convirtiendo en el tema del pueblo.


(Continuará)

Martes 30 de Junio de 2015, 20:45

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