"Silencio"



            Existen placeres que requieren una cierta madurez para poder disfrutarlos en toda su intensidad. Después de haber pasado una entretenida y productiva semana en Santiago, he vuelto al silencio de mi casa. Entro en  el cuarto de estudio y observó libros con sus lomos silenciosos pero que contienen innumerables voces; plantas que han seguido creciendo imperceptibles; huelo un lejano aroma a tostadas con mantequilla; escucho el ladrar lejano de perros que conozco y, sobre todo, disfruto el silencio que permite contar las sencillas bendiciones, como este cuarto desde donde escribo.

            Mañana, al amanecer, me despertara el piar de pájaros y averiguaré, como muchas madrugadas, si algún conejo se ha quedado rezagado en el jardín común. ¿Que más se puede pedir?

Viernes 28 de Agosto de 2015, 23:30 

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