“Cerrajero” (XXVII)


            Volvió a su departamento fumando un cigarrillo tras otro. Fue a la cocina y llenó una copa de vino hasta el borde y fue al balcón. Repaso una y otra vez lo que había ocurrido y todo, salvo la diminuta luz verde que había observado frente al escritorio, le pareció normal. Al fin y al cabo no había sacado mas que cien dólares y, aun, sin quererlo sino llevado por la circunstancia. Si acaso Matamala se hubiese dado cuenta del billete faltante, ya se sabría; y, por otro lado ¿cómo un jubilado podría justificar esa cantidad? Además si los que llegaron se hubiesen dado cuenta de su presencia....“Basta; si sigo especulando, se abren infinitas posibilidades” pensó.
          La semana transcurrió normalmente. Llegaba del trabajo y pasaba a conversar con el nochero de turno para ver si había alguna novedad. Recién el jueves se atrevió a preguntar si algún residente se había quejado. Nada.
      El viernes llegó temprano y, después de cinco días inactivo, volvió a sacar su colección de chapas antiguas y el maletín con sus herramientas y ganzúas. Se entretuvo hasta la madrugada cerrando y abriendo cerraduras.


(Continuará)

Lunes 6 de Abril 2015, 23:30

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