Una nueva Vida (V)


        ¡Cien mil francos, cien mil francos!   

         Se recostó sobre la cama. Estiró el brazo derecho, tomó un billete: lo miró detenidamente. Cerró los ojos y comenzó a imaginar la nueva vida que comenzaba: no más cruzar la vereda cuando veía que en sentido contrario se aproximaba algún antiguo conocido; nunca más revisar los basureros de los restaurantes que bordeaban la avenida Rivarol para hacerse de un pedazo de carne; jamás volver a soportar el desprecio del recepcionista; nunca más sentir la humillación de no ser admitido en el Casino Royale, el mismo en el que veinte años antes había sido amo y señor. Sin darse cuenta se quedó dormido. 
          Al despertar pensó que había soñado. Sintió un cosquilleo en el mentón y sonrió apenas vio el billete aprisionado entre su barbilla y el pecho. Abrió la ventana y en el reloj publicitario de la plazoleta que daba a su cuarto se enteró que eran las diez de la noche. Se sentó al borde de la cama, miró detenidamente el fajo de billetes y apoyando los codos sobre las rodillas, posó su cabeza sobre las manos entrecruzadas.

(Continuará)

Sábado 21 de Febrero 2015, 00:45

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