Una nueva vida (IV)


      Salió del local. Caminó sintiendo la calma que le producía el saber que el sobre se apoyaba en el revólver. Llegó al banco. Abrió el sobre y presentó el vale vista y su carné.
    - ¿Lo quiere en efectivo?
    - Si.
  Mientras el cajero verificaba los datos del documento, Luis miró a su alrededor. Hacía años que no entraba al Banco Nacional.
   - ¿Quiere que le dé el efectivo en un sobre?
   - Si, si es tan amable.
   - Aquí tiene.
   - Gracias.
   Al recibir el sobre, Louis se enderezó y caminó con una seguridad que hacia tiempo había perdido. Cuando salía del banco, se detuvo unos segundos y miró el cielo azul. Al llegar al hotel, saludó al recepcionista con voz clara y fuerte. Al escucharse, sintió que aquella mañana luminosa comenzaría a recuperar muchas cosas: su confianza, su forma de caminar, su firmeza que la pobreza había comenzado también a arrebatarle. Subió las escaleras; al entrar a su pieza se detuvo en el umbral y observó: la cama deshecha, las sábanas amarillentas y manchadas, el cenicero repleto de cigarrillos, la copa de ron, opaca y manoseada. Por un momento miró aquel cuarto como si éste fuera el retrato de su decadencia. Buscó en el interior y al sentir el frío metal del revólver se sorprendió.             
     Por unos segundos no supo como el arma había llegado hasta su bolsillo. 
        Abrió el sobre y contó tres veces la cantidad. 

(Continuará)

Viernes 20 de Febrero 2015, 1:04

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