San Pedro: una carpa, dos personas. (IV)



     “Vamos a caminar. No es nada grave.. bueno, sí, lo es para mi…”
         Mientras bordeaban el cerro en silencio, Claudia no podía imaginarse qué era lo que iba a escuchar. Lo había conocido en una fiesta de curso, cuando ambos estaban en tercero medio, pero en distintos colegios. Se lo había presentado Clara, una prima de Eduardo. Esa noche habían hablado de todo, con esa espontánea confianza que se tiene con las personas que sientes conocerse de toda la vida.
      Habían transcurrido cinco años desde aquella noche que lo vio por primera vez. Durante todos esos años se veían continuamente, excepto en las vacaciones, pues Eduardo solía pasarlas con su padre en la ciudad de Rosario, Argentina. Compartían muchas  ideas; les gustaban las mismas películas, los mismos grupos musicales, y para ambos el escalar montañas era mucho mas que escalar montañas.

      Dos años atrás, en el mismo lugar, habían hecho el amor: ambos por primera vez. No obstante, nunca habían hablado de la relación que los unía. Se llamaban, se contaban las confidencias, los problemas en la universidad; quizá si lo único en lo que no compartían las mismas visiones, eran las políticas, pero no era un tema que conversaran mucho.

(Continuará)

Lunes 18 de Mayo 2015, 11:45

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