Diez escritos para fruncir el ceño
Román Hipón siempre dice las cosas malas por la espalda, pero lo bueno, de frente.
Antonio Artufo va a la iglesia solo cuando está llena de feligreses y, si
no hay cura, se va; dice que necesita un intermediario.
Alexander Solimano fue dueño de una de los diarios mas influyentes de
Gotizan. Muchas veces le pidieron que cambiara el lema de su periódico: “Solo
el dinero nos calla”
Carlos Burrabur se casó con una mujer muy bella, pero cuando la mató y
descuartizó comprobó que interiormente era horrible.
Piero Franllanos se hizo un nombre redactando discursos para políticos de
todo el país. Su fama aumento cuando una investigación periodística demostró
que sus discursos decían lo que los electores querían escuchar.
Galeuche Cholé se hizo millonario
vendiendo una pomada para hacerse millonario; hacia una amalgama con billetes
de cien dólares y esperma de vela que conseguía en las animitas de accidentes
carreteros.
Albertico Saravio logró escribir la novela de su vida; vendió los
derechos para la película a muy buen precio. El día que cobró el cheque su
doctor le dio una muy mala noticia.
Charqui Catalan pasó muchas pellejerías cuando niño, pero dicen, los que
lo conocieron, que las que pasó cuando adulto fueron mucho peores.
Pastor Moledano se fue al sur, compró una antigua iglesia de madera
desvencijada y la convirtió en un spa con innumerables tratamientos
artificiales.
Cejón Nariño trabajo duro e hizo fortuna. Se caso con una mujer hermosa y fue muy feliz durante sesenta y tres años. Cuando ella murió a la edad de 82 el se fue a un convento y siguió siendo feliz.
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