Querida Claudia.
Cuando me llamaste no pude hablar
tranquilo porque la pieza estaba llena de gente. (me vienen a visitar hasta los
enfermos del piso de arriba…). Creo que en el ultimo e-mail que te envié te
contaba que los remedios me tienen “distanciado” de mi cuerpo. Es muy extraña
la sensación…
Imaginaras que de Londres
no te puedo hablar mucho porque lo único que conozco es lo que alcanzo a
ver cuando me levanto y me asomo a la ventana; a lo lejos puedo divisar la
torre del Big Ben. Lo de la niebla es un mito, pero lo que si es verdad es que por lo menos cuatro días a la semana está o nublado o con llovizna. Cuando me
preguntas cómo estoy, no sé muy bien qué responderte. Mal y bien. Mal porque la
incertidumbre es total, y bien porque, extrañamente esta enfermedad me ha
permitido pensar de una manera distinta. No quiero que creas que me he
convertido en “canuto”, pero la verdad es que contra más lo pienso, mas me
convenzo de que “hay” algo. No sé si Dios, una inteligencia superior, la
naturaleza, Krishna, Ala, o lo que sea, pero hay algo más, y ese "algo" es algo mejor.
Me encantaría contarte muchas cosas
respecto a eso, pero no creo que me den las fuerzas. Todo me cuesta un mundo.
Me canso hasta de ver televisión. Tu primo me vino a ver y me trajo la polera con
el bordado que hiciste ¡precioso!, ahora
mismo la tengo puesta. Mañana termina la primera serie de quimio y me van a dar
un descanso de una semana, por lo que me voy a la casa de mi tía. Me encantan
tus largas cartas y por favor no pienses ni por un momento que me aburren.
Te quiero.
Etuardo.
PS. A todo esto el otro día el medico
me dijo que admiraba a “Sir” Alexander Sanchez.. Me hace reír el doc.
(Continuará)
Jueves 21 de Mayo 2015, 20:30
Jueves 21 de Mayo 2015, 20:30
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