Cine
Ha visto tantas películas en su vida que ya comienza a confundir los
directores, los títulos, incluso las tramas. Sin embargo aun recuerda
sensaciones de admiración y respeto después de ver algo bueno. Hoy, en el asilo
en que vive desde hace años, después de ver una película dirigida por Angie -
lastimosamente “broken” por una colección de sufrimientos de todos los tipos
imaginables y sin más trama que el
estoico soportar del protagonista– vuelve a recordar aquella tarde en que
después de ver “Perdidos en Tokio”, tuvo la certeza que la había dirigido un
director (hombre) y de avanzada edad.
“Para hacer una película como esa se requiere mucha experiencia y valor”
pensó.
Como siempre, se quedó hasta el
final para ver los créditos. Grande sorpresa fue cuando vio que el director era
una mujer – Sofía – y que no tenia mas de 32 años. Tenia que ser la hija.
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