"Intercambio" (VII)
A la
mañana siguiente me despertó el suave ladrido de un perro negro que encontré
notablemente parecido a mi. Me levanté, sintiendo que algo tenia adherido al
cuerpo pero no le di importancia. Esperé dando vueltas alrededor del cajero
aguardando que alguien abriera la puerta.
El perro seguía mirándome fijo y moviendo la cola lentamente. A los diez minutos entro una señora muy delgada que me miró directamente a los ojos diciéndome: “buenos días”. La mire extrañado porque el tono con que me lo dijo no tenia esa cadencia condescendiente con el que algunos seres humanos se dirigen a los animales. Solo atiné a mover la cola, pero en ese momento sentí que los extremos de mis labios se estiraban hacia arriba.
Salí del cajero y el perro negro seguía mirándome. Me extraño verlo desde una perspectiva distinta, como si lo observara desde arriba. Solo alcance a dar unos diez pasos cuando súbitamente me di cuenta que tenia adherido un maletín a mi….mano.
El perro seguía mirándome fijo y moviendo la cola lentamente. A los diez minutos entro una señora muy delgada que me miró directamente a los ojos diciéndome: “buenos días”. La mire extrañado porque el tono con que me lo dijo no tenia esa cadencia condescendiente con el que algunos seres humanos se dirigen a los animales. Solo atiné a mover la cola, pero en ese momento sentí que los extremos de mis labios se estiraban hacia arriba.
Salí del cajero y el perro negro seguía mirándome. Me extraño verlo desde una perspectiva distinta, como si lo observara desde arriba. Solo alcance a dar unos diez pasos cuando súbitamente me di cuenta que tenia adherido un maletín a mi….mano.
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