"San Pedro: una carpa, dos personas" (XXVI)


       “Francisca, lee donde te sea más cómodo, pero léelo atentamente. Cuando termines, quiero que me des tu opinión sincera. No busco halagos, no los necesito. Sólo te pido, que me prometas absoluta sinceridad. Si no te gusta, dímelo, no me mientas, por favor. Tu opinión es  muy importante,  pero te insisto, no me mientas. No se acabará el mundo si no te gusta”
      - “Ok. Te seré totalmente sincera”    

      Francisca decidió quedarse leyendo. Aunque se pronosticaba un día de sol, aun hacia frío a esa hora de la mañana.
      Andrés salió de la carpa y reavivó la fogata que había encendido en la madrugada. Estaba ansioso por conocer su opinión, no sólo porque Francisca había estudiado literatura sino porque había leído mucho y siempre concordaban en sus juicios respecto a las novelas que ambos habíian leido. Durante un rato, Andrés se quedó mirando el fuego. Cuando la tetera comenzó a humear, lleno su taza de café y salió a incursionar por los alrededores. Calculó que la lectura del cuento no le llevaría mas de media hora.
      Mientras caminaba, pensaba entusiasmado en la opinión que le daría Francisca.
      Se dio más de una hora en regresar. Francisca estaba tomando una taza de café al lado de la fogata.
      - "Y bien, ¿que te pareció?: ¡La verdad!
      - "Andrés, sabes cuanto te amo y lo que te voy a decir me cuesta; pero el cuento es pésimo. Es infantil, no está bien escrito, tiene defectos de redacción horrorosos, la historia no agarra. Siempre se está esperando que algo ocurra y no pasa nada. El personaje de Eduardo lo encontré pobre, sin alma, sin ningún atractivo como protagonista. Para que decir de la polola, Claudia, insípida, ¿eran novios, amantes, amigos antes de la enfermedad? Hay inconsistencias en el argumento. Los personajes son blandengues, aguados, no tienen personalidad. Además, desde que comienza uno vislumbra el final: la muerte de Eduardo porque  - te entiendo-  era inevitable, pues de otra manera hubiese resultado poco creíble. Quizá lo único rescatable fue utilizar cartas como recurso narrativo; pero éstas también son insustanciales, no dicen nada de peso, intrascendentes. No hay un nudo argumental que mantenga la tensión narrativa. Todo es previsible, en fin. Andrés, me pediste la verdad y te la doy."
Andrés miro la montaña con el ceño fruncido.
     - "¿Pero de verdad que no le encontraste nada bueno?"
     - “Te dije, quizá la idea de armar la historia con cartas. Cuando Eduardo se va a Londres,  que a todo esto no me quedó claro cómo y porque se fue solo con el padre ¿estaban separados? Tampoco aclaras la relación de los papas. Súbitamente aparece la tal Sonia y la verdad no sé de dónde…” si, sé que es la madre… pero… no sé, como que nada que ver. La monja colorina podría haber sido un personaje interesante, pero lo dejas ahí… no lo desarrollas…
      - "Mmm..."
      - "Me pediste, me insististe que te dijera la verdad. No me gustó nada. Tampoco el título; es medio “mañé”, siútico, manipulador, acohelado”
       Andrés se levantó bruscamente y la taza de café que estaba apoyada en el tronco que le servía de asiento, cayó al suelo.
      - "Pero ¿dónde vas? !Andrés!, cálmate, como tu dijiste no es acabo de mundo"
    - "Puedes intentarlo con otra historia…"
    - "Sabes Francisca, esta relación nuestra no tiene mucho destino. Yo necesito alguien que me apoye, que este en las buenas y las malas, que sepa como decir las cosas. Cachai que veo mala onda en tus comentarios… como  que gozaras repasando lo malo que es mi cuento… y la verdad que esto no es de ahora, de hoy, hace tiempo que te noto negativa conmigo, siempre criticando… creo que es el momento que nos demos un tiempo"
     - "Pero Andrés, me pediste sinceridad! ¡Me lo repetiste! Y yo dije exactamente lo que pienso de tu cuento. Ni exagere ni te mentí, esa es simplemente mi opinión. Otro lector puede pensar distinto, quizá yo estoy equivocada; no tomes como verdad absoluta lo que yo pienso…"
    - "No Francisca, esto no tiene nada que ver con lo que me dijiste del cuento, sino que me doy cuenta que no estoy bien contigo y esta mañana lo he confirmado; no te interesa lo que hago…
    - "!Pero por favor Andrés! No se trata de eso. Ahora me doy cuenta de que hubiese sido mejor mentirte… ¡Ya! ¿Sabes?; me encantó tu cuento, es romántico, sensible, inteligente, entretenido y sobre todo, el final es suuuuper sorpresivo: ¿contento? ¿Ahora sientes que te apoyo?"



Fin

Miercoles 10 de Junio 2015, 22:30

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