- “Francisca, lee donde te sea más cómodo, pero léelo atentamente. Cuando termines, quiero que me des tu opinión sincera. No busco halagos, no los necesito. Sólo te pido, que me prometas absoluta sinceridad. Si no te gusta, dímelo, no me mientas, por favor. Tu opinión es muy importante, pero te insisto, no me mientas. No se acabará el mundo si no te gusta”
- “Ok. Te seré totalmente sincera”
Francisca decidió
quedarse leyendo. Aunque se pronosticaba un día de sol, aun hacia frío a esa
hora de la mañana.
Andrés salió de la
carpa y reavivó la fogata que había encendido en la madrugada. Estaba ansioso por
conocer su opinión, no sólo porque Francisca había estudiado literatura sino
porque había leído mucho y siempre concordaban en sus juicios respecto a las novelas que ambos habíian leido. Durante un rato, Andrés se quedó mirando el fuego. Cuando la tetera
comenzó a humear, lleno su taza de café y salió a incursionar por los
alrededores. Calculó que la lectura del cuento no le llevaría mas de media
hora.
Mientras caminaba,
pensaba entusiasmado en la opinión que le daría Francisca.
Se dio más de una
hora en regresar. Francisca estaba tomando una taza de café al lado de la
fogata.
- "Y bien, ¿que te pareció?: ¡La verdad!
- "Andrés, sabes cuanto te amo y lo que te voy a
decir me cuesta; pero el cuento es pésimo. Es infantil, no está bien escrito,
tiene defectos de redacción horrorosos, la historia no agarra. Siempre se está
esperando que algo ocurra y no pasa nada. El personaje de Eduardo lo encontré
pobre, sin alma, sin ningún atractivo como protagonista. Para que decir de la
polola, Claudia, insípida, ¿eran novios, amantes, amigos antes de la
enfermedad? Hay inconsistencias en el argumento. Los personajes son
blandengues, aguados, no tienen personalidad. Además, desde que comienza uno vislumbra
el final: la muerte de Eduardo porque - te
entiendo- era inevitable, pues de otra
manera hubiese resultado poco creíble. Quizá lo único rescatable fue utilizar cartas como recurso narrativo; pero éstas también son insustanciales, no dicen nada de peso, intrascendentes. No hay un nudo argumental que mantenga la tensión narrativa. Todo es
previsible, en fin. Andrés, me pediste la verdad y te la doy."
Andrés miro la montaña con el ceño fruncido.
- "¿Pero de verdad que no le encontraste nada
bueno?"
- “Te dije, quizá la idea de armar la historia con
cartas. Cuando Eduardo se va a Londres,
que a todo esto no me quedó claro cómo y porque se fue solo con el padre
¿estaban separados? Tampoco aclaras la relación de los papas. Súbitamente aparece
la tal Sonia y la verdad no sé de dónde…” si, sé que es la madre… pero… no sé,
como que nada que ver. La monja colorina podría haber sido un personaje
interesante, pero lo dejas ahí… no lo desarrollas…
- "Mmm..."
- "Me pediste, me insististe que te dijera la
verdad. No me gustó nada. Tampoco el título; es medio “mañé”, siútico,
manipulador, acohelado”
Andrés se levantó bruscamente y la taza de café
que estaba apoyada en el tronco que le servía de asiento, cayó al suelo.
- "Pero ¿dónde vas? !Andrés!, cálmate, como tu
dijiste no es acabo de mundo"
- "Puedes intentarlo con otra historia…"
- "Sabes Francisca, esta relación nuestra no tiene
mucho destino. Yo necesito alguien que me apoye, que este en las buenas y las
malas, que sepa como decir las cosas. Cachai que veo mala onda en tus
comentarios… como que gozaras repasando
lo malo que es mi cuento… y la verdad que esto no es de ahora, de hoy, hace
tiempo que te noto negativa conmigo, siempre criticando… creo que es el momento
que nos demos un tiempo"
- "Pero Andrés, me pediste sinceridad! ¡Me lo
repetiste! Y yo dije exactamente lo que pienso de tu cuento. Ni exagere ni te
mentí, esa es simplemente mi opinión. Otro lector puede pensar distinto, quizá
yo estoy equivocada; no tomes como verdad absoluta lo que yo pienso…"
- "No Francisca, esto no tiene nada que ver con lo
que me dijiste del cuento, sino que me doy cuenta que no estoy bien contigo y
esta mañana lo he confirmado; no te interesa lo que hago…
- "!Pero por favor Andrés! No se trata de eso. Ahora
me doy cuenta de que hubiese sido mejor mentirte… ¡Ya! ¿Sabes?; me encantó tu
cuento, es romántico, sensible, inteligente, entretenido y sobre todo, el final
es suuuuper sorpresivo: ¿contento? ¿Ahora sientes que te apoyo?"
Fin
Miercoles 10 de Junio 2015, 22:30
Miercoles 10 de Junio 2015, 22:30
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