Conjeturo que mayoría estará de acuerdo
cuando afirmo que el viernes es el mejor día. Están las expectativas de un buen
fin de semana para compartir con la familia, los amigos, terminar una novela o
simplemente para ir al cine. Quizá lo único que
se le pueda reprochar es la rapidez con que se esfuma; como todo lo bueno, dura
poco. Pero si fue fructífero como otium - que para los romanos no era pasividad
sino un tiempo para dedicarse a actividades enriquecedoras como el juego o la
lectura y que se oponía al negotium
- nos deja la dulce sensación de haber
crecido espiritual o intelectualmente y haber acumulado buenos recuerdos para
la semana.
El descanso del sábado es
mucho mas reparador y también un tiempo naturalmente optimista, tal vez por las perspectivas nocturnas como posibilidad. En
cambio el domingo, que algunos llaman “fomingo”, es un día silencioso, pesado y algo melancólico. Quizá lo bueno sea que no pasa tan rápido como el viernes o el sábado. Puede
que quedarnos en la cama contribuya a esa sensación de pesadez, debido a que- como decía Juan Pablo Artog - "la energía que no gastamos, se transforma en
cansancio"
Por eso es que no hay como el viernes; día en que todos los años, en la medida de lo posible, lo reservo para hacer una de las cosas que más me gusta: clases.
¡Feliz viernes!
Viernes 12 de Junio de 2015, 23:55
Viernes 12 de Junio de 2015, 23:55
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