Cuando camino por el querido puerto sin otro propósito que el de disfrutar de sus calles y su gente, suelo internarme por esas galerías comerciales de escaso publico.
Pese a que sus débiles luces artificiales luchan contra las penumbras, es inevitable experimentar una cierta tristeza. Por lo general, no tienen salida a otra calle y, al final, suele haber una "boutique" y dentro de ella una apenada mujer morena; sus vitrinas exhiben alguna "tenida de temporada" y los consabidos letreros de "todo a mitad de precio".
Usualmente la dependiente sonríe como invitando a entrar. No puede dejar de contagiarme su aire melancólico y preguntarme cómo es posible que una tienda así pueda sobrevivir.
La palabra "boutique", generalmente escrita en el estilo art nouveau, parece rechazar su identidad, reflejando el deseo de ser iluminada por luces de otros lugares quizás más elegantes pero foráneos. Sus débiles reflejos artificiales luchan infructuosamente por ser lo que no son.
Jueves 27 de Agosto 2015, 22:00
Pese a que sus débiles luces artificiales luchan contra las penumbras, es inevitable experimentar una cierta tristeza. Por lo general, no tienen salida a otra calle y, al final, suele haber una "boutique" y dentro de ella una apenada mujer morena; sus vitrinas exhiben alguna "tenida de temporada" y los consabidos letreros de "todo a mitad de precio".
Usualmente la dependiente sonríe como invitando a entrar. No puede dejar de contagiarme su aire melancólico y preguntarme cómo es posible que una tienda así pueda sobrevivir.
La palabra "boutique", generalmente escrita en el estilo art nouveau, parece rechazar su identidad, reflejando el deseo de ser iluminada por luces de otros lugares quizás más elegantes pero foráneos. Sus débiles reflejos artificiales luchan infructuosamente por ser lo que no son.
Jueves 27 de Agosto 2015, 22:00
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