Al llegar a su departamento percibió
un extraño aroma; primero le recordó el olor del metro de alguna ciudad olvidada.
Después de cambiarse de ropa, recorrió su pequeño departamento para descubrir
el origen. Husmeó en la cocina, origen de la mayoría de los olores: nada.
Después inspeccionó el baño: nada. Finalmente, al salir al pequeño balcón, el
aroma se intensificó. Cerró los ojos para concentrarse y ver si acaso podía
recordar exactamente el lugar o la circunstancia con que relacionaba el aroma.
Al abrir los ojos vio una pequeña voluta de humo que ascendía desde el balcón
inferior. Lo supo de inmediato: era el olor de un habano, cómo los que solía
fumar su padre mirando el fuego en las tardes lluviosas de Cautín. Fue a la
bodega a buscar el viejo álbum de fotos y buscó en su memoria la mejor conversación de su vida. Lamentó estar solo y no poder compartir con nadie el maravilloso
recuerdo.
Lunes 3 de Agosto de 2015, 23:00
Lunes 3 de Agosto de 2015, 23:00
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