Al principio eran ocho. Los unía la
rabia, y lo confesaban abiertamente: la rabia y la envidia; del pelo rubio y
los ojos azules, de la belleza de mujeres de buena situación, de los aromas de las grandes tiendas comerciales, de
la corruptela política.
Un par de atentados menores les
sirvió para comenzar a recibir ayuda del extranjero y el grupo comenzó a
crecer. Luego fue una “acción poética anarquista” lo que les dio más fama entre
los grupos internacionales lo que también aumentó las cooperaciones. A los dos
años, comenzaron los problemas internos pues Mijail, el tesorero, no rindió
adecuada cuenta de ciertos gastos. Después de varias citaciones frustradas se
acordó nombrar a Sylvain, quien tampoco logró poner orden.
En la última reunión se acordó
depositar el dinero en un banco, pese a la resistencia de muchos que
consideraron que era venderse al sistema.
El grupo se desarmó a los tres años,
cuando Fuenzalida, apodado el “Chico Bakunin”, falseó la firma de Sylvain y se
escapó a Bolivia con seis mil dólares. Corre el rumor que instaló una botillería
llamada “Sacco y Vanocho”.
Martes 4 de Agosto de 2015, 22:00
Martes 4 de Agosto de 2015, 22:00
La historia de "Sacco y Vanzetti" fue llevada al cine hace unos años.. recuerdo haber asistido una tarde de lluvia al Cine Arte de Viña del Mar, luego fié un café y un dulce árabe a Micha en el café Cinema que no recuerdo haber pagado. Siempre fui bien acogido en ese lugar, en que la panorámica era excelente. Un día tomamos un café con Nato Vásquez, ya no recuerdo mucho su rostro. En fin, gracias por traerme estos recuerdos a partir de tu agradable narrativa. Un abrazo.
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