"Teoría del Caos" (XIII)



     Eran las once de la mañana cuando Moisés regresó a casa. Buscó a Elena en la cocina. Desde la ventana la observó; estaba en el patio trasero, recostada sobre una hamaca descolorida leyendo un libro. Se sentó a la mesa y comenzó a comer el plato de ensaladas que le había preparado; a los pocos instantes entró Elena.
          - “¿Cómo estuvo la mar?”
       - “Buena. Una taza de leche y mucha pesca, casi como antes de los japoneses…, ¿y tú, que lees tan concentrada?
      - “El libro que me recomendó el vecino, es medio enredado, es como antiguo, me cuesta concentrarme; ya lo he comenzado dos veces... se llama el Cautiverio Feliz, pero está escrito como en español antiguo, así es que tengo que buscar las palabras que no entiendo…”
       - ¿Sabes?  hoy en el bote, el Jacinto me dijo que te podía perder…, que te cuidara”
         - “Jajaja  ¡esta gente!, le gustan los enredos… yo creo que es porque ven tantas telenovelas… se les estrecha la mente…, yo ya te conté todo mi amor; además, han pasado dos semanas y no lo he vuelto a ver ni pienso hacerlo…”
  -“Que bueno, evita comentarios mal intencionados”
    - "A ver, déjame olerte…. Ufff ¡estuviste fumando! Mira Moisés; yo te amo, ni yo ni las niñas podríamos vivir sin ti, si no te cuidas… ya te lo dijo el doctor…te puede dar otro infarto, y dijo que el segundo es más que peligroso… tu verás. Si nos amas, si te importamos algo, deja ese vicio maldito de una vez por todas…Ya dejaste el copete... y mira lo bien que estás...


Elena se paró de la mesa y por detrás abrazo a Moisés. 
“Sabes cuanto te amo; demuéstrame que tú a mi también.

(Continuará)

Jueves 9 de Julio de 2015, 19: 55

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