“Estambul”



         Después de visitar el Gran Bazar caminó distraídamente para ver si el destino la cruzaba en su camino. Vagó sin rumbo. A las dos horas se le ocurrió volver, por quinta vez, a la Mezquita Azul. Tuvo suerte; la divisó en medio de un grupo de turistas alemanes. Cuando sus miradas se cruzaron le pareció que debía acercarse y preguntárselo directamente. En el mismo momento en que caminaba hacia ella, la guía abrazó al chofer del bus. Volvió al hotel, pidió un café turco. Recién a las cinco de la mañana pudo conciliar el sueño. Soñó con Teodora y envidió a Justiniano. A la mañana siguiente hizo su maleta.


Miércoles 29 de Junio de 2015, 23:00

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