(Hace mas de 17 años años publiqué
este pequeño artículo en un diario de Viña del Mar, en donde escribía una pequeña
columna diaria. La cifra es la que publiqué en ese entonces, por lo que si lo
escribiera hoy, tendría que reajustarla). Aquí va:
“Hace unos días tuve un sueño
maravilloso: amanecí en un Chile en que el sueldo mínimo de un profesor
primario era de $1.500.000.-
Los puntajes mas altos de la PAA se
los repartían las pedagogías. De las universidades salían docentes de
excepción. Los colegios fiscales tenían infraestructuras de lujo. Los
campeonatos interescolares de tenis, fútbol, badmington, basquetball,
volleyball, natación, etc., cautivaban la atención del país.
De esos colegios egresaban alumnos
que se convertirían en científicos, literatos, médicos, ingenieros, deportistas
y profesores de fama mundial.
La cultura media de un chileno era
muy superior a la de toda América. La lectura era un habito arraigado en la
población. Se daban conciertos populares de música clásica y las entradas se
agotaban.
Los niveles de delincuencia eran uno
de los mas bajos del mundo.
La respuesta que dábamos a los
extranjeros cuando nos preguntaban el porque de nuestro éxito como país era la
siguiente: “decidimos invertir en educación. La educación nos hizo un pueblo
mas inteligente. Como éramos mas inteligentes empezamos a confiar mas en los
demás. Como confiábamos más en los demás, los demás empezaron a confiar más en
si mismos; como todos empezamos a querernos y respetarnos nos dimos cuenta que de verdad amábamos al prójimo y después de eso, ya no le tuvimos miedo
a nada y fuimos capaces de todo”
Viernes 24 de Julio de 2015, 21:00
Viernes 24 de Julio de 2015, 21:00
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