A las tres de la madrugada las
lanchas zarparon desde la caleta. El mar estaba como una taza de leche.
Amarrada sobre la chumacera izquierda, la luz amarilla del fanal se proyectaba
creando un camino de luz sobre el agua. La embarcación era tripulada por tres
pescadores a cargo de don Moisés, marido de Elena.
Después de echar las redes, los
tres hombres quedaron en silencio. Los dos tripulantes miraban a don Moisés
quien se había enrollado la bufanda y estaba recostado mirando el cielo
estrellado.
-“Oiga don Moisés, no lo tome a mal, pero en
el pueblo andan diciendo que usted quedará solterito en cualquier momento….”
- “Ja, he escuchado disparates, pero este
se gano el premio… y ¿porqué sería…?”
- “Nah, es que dicen que la señora Elena
anda como muy amiga del afuerino, el que compró la casa del cerro…”
-“Si, si, lo fue a ver y conversaron toda
la tarde del domingo, pero de ahí a dejarme… Nah, si anda más cariñosa que
nunca…”
- “Pero igual, tenga ojo don Moisés, cuide lo que tiene”
- “Tan venenosos que son en el pueblo…”
-“Se lo decimos porque lo respetamos, no lo
mal interprete...”
(Continuará)
Miércoles 8 de Julio de 2015, 20:45
Miércoles 8 de Julio de 2015, 20:45
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