Durante el mes que siguió sólo un par de
veces se vio a Artog salir en su
camioneta. El único que lo visitaba era el Padre Fermín; dos veces a la semana, llegaba a mediodía y se iba al atardecer.
Elena estaba preocupada. Desde el
accidente no había tenido más noticias. Uno noche Moisés la tuvo que despertar; Elena sollozaba.
“Es que tuve una pesadilla; estábamos, tu y
yo, en el entierro de Artog, pero como en otro país” le dijo al otro día.
“¿Cómo en otro país?”
“Si, en Canadá ... Mira, en estos dos meses has
respetado lo que te pedí; creo que es hora que te cuente un poco la historia de
Artog, por lo menos hasta donde él me la contó”
“Te escucho…”
(Continuará)
Sábado 18 de Julio de 2015, 23:00
Sábado 18 de Julio de 2015, 23:00
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