El viajar con chófer también tiene otras
ventajas adicionales, sobre todo después de las seis de la tarde. A esa hora
los tacos interminables producen algo increíble y mágico. Después de haber “observado y leído”
suficiente, comienzo a sentir un leve malestar por la lentitud con que avanza
el bus. Entonces miro el reloj y me doy cuenta de que desde las seis y media de
la mañana hasta ese momento el tiempo ha corrido a gran velocidad. A contar de Dos Norte con Libertad, el tiempo comienza
a demorarse, a cojear, a mirar hacia atrás. Entonces se me acaba la leve incomodidad al experimentar que los segundos, los minutos y la hora comienzan a engordar y
que las tres medidas avanzan lentamente. Vuelvo a observar pero no a leer,
pues de hacerlo, el tiempo adelgazará nuevamente y correrá veloz. Así, el viajar en
bus me devuelve, además, algo de tiempo
ya consumido.
Miércoles 22 de Julio de 2015, 22:00
Miércoles 22 de Julio de 2015, 22:00
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