"¿Qué vas hacer de tu vida?" (XXIV)


     -“Bueno, te cuento; pero  antes déjame ir a buscar un vaso de agua…”
       -“Parece que fue con tomatera también”, dijo Isabel.
      -“No tanto, lo justo” dijo Roberta mientras buscaba una bebida en su armario.
   -“Hoy llegué como cinco minutos antes. Durante la mañana hice el aseo como siempre, mientras él leía en el sillón del comedor; cada vez que pasaba cerca de él me quedaba mirando como embobado, lo que me causaba risa, pero yo disimulaba.
      Como a las dos de la tarde le ofrecí prepararle unos ravioles. Me dijo que comiéramos en la cocina y que sacara una botella de vino. Durante el almuerzo conversamos mucho. Le conté de cómo era la vida en el campo, de mi hermano sus problemas con la justicia, de mi infancia… también le hablé de ti, en fin, mil cosas. El  me contó una cosa terrible: hace como doce años se le murió su esposa y un hijo en un accidente de tránsito. Me dijo que siempre se ha sentido un tanto culpable porque esa vez iban a visitar a la hermana de su señora a Santiago, pero el no quiso ir y prefirió quedarse en Concón porque ese día jugaba Curicó Unido, su equipo, y lo quería ver por televisión; fue un accidente terrible, salió hasta en la tele. Su señora murió de inmediato y su hijo agonizó como tres días… en fin, todo muy triste. Después cambió de tema y comenzó a contarme historias muy divertidas de sus pacientes. A todo esto, nos tomamos casi media botella de vino entre los dos y no sé si fue por eso que comencé a mirarlo de otra manera… y creo que se dio cuenta… y no porque lo haya provocado, sino por que antes, siempre que me miraba fijo yo miraba para otro lado, pero de repente me dio por mantenerle la mirada. Y ahí quedó la tendalá; se paró, acercó la silla, me tomó la cara con sus manos y me dio un beso. Al principio pensé en rechazarlo pero, no te niego, el beso me hizo sentir cosas… tu sabes”
        -“Pero dónde te besó?
      -“¡En la nariz!…. no poh tonta… en la boca ¿dónde va a ser?; bueno, después le dije qué pensaba hacer y me dijo que me iba a amar; yo imaginé que era como una proposición de pololeo o algo así…pero me tomó la mano y me llevó al segundo piso, a su pieza”
    -“¿Y? preguntó su amiga con los ojos muy abiertos.
       -“Bueno, ahí fue de una dulzura increíble… “
       -“Pero cuenta poh…”

(Continuará)

Viernes 19 de Diciembre de 2015, 22:45


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