"¿Qué vas hacer de tu vida?" (XXXII)



          A la mañana siguiente Roberta llegó, como era su costumbre, faltando cinco minutos para las nueve. Betancourt abrió la puerta y la saludó con un beso en la mejilla.
       “Buenos días Roberta”
       “Buenos días don Aldo”
        Durante la mañana Roberta hizo el aseo, planchó, lavó y preparó la comida como lo estaba hacienda hacía dos semanas. Sólo una vez Betancourt la había llamado para preguntarle donde estaban un par de zapatillas; nada más. Al principio Roberta se sintió desconcertada pues suponía que apenas se encontrara con Betancourt éste le hablaría de lo que sucedido el día anterior. Contra todo pronóstico, no lo hizo. Almorzaron juntos en la cocina escuchando las noticias y hacienda comentarios ocasionales. Terminado el almuerzo, don Aldo se levantó y colocándose detrás de Roberta, le dio un beso en el cuello y dijo:
      - Quiero que todo sea lento, quiero disfrutarte sin ansiedades ni miedos, quiero que todo esto dure mucho… no quiero perderte Roberta.
     Roberta sintió deseos de darse vuelta y besarlo, pero se contuvo.

     - Si Aldo, es mejor lentamente, así los dos estaremos seguros…

(Continuará)

Lunes 28 de Diciembre de 2015, 22:45

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