Miguel
sorbió el café y un gesto de disgusto se le dibujó en los labios.
- “¿Está muy caliente?”
- “Hirviendo”
La
mujer arqueó las cejas, asomó la lengua mordiéndosela y sonrió.
-“Que haría si le doy un beso”
Miguel
se siente invadido. Quiere escapar pero no puede, no debe.
Se
le ocurre una respuesta que le parece tonta.
- “Mejor la beso yo”
Retira la taza de café y el plato
con el croissant a medio comer, mueve la silla
hacia atrás; se levanta acercándose a la mujer. Se inclina, la mira de frente, luego baja la mirada y observa la redonda
protuberancia que se imprime sobre
la blusa; le toma la cabeza con ambas manos mientras ella se levanta. La besa en la boca.
Siente
como la lengua tibia de la mujer rodea la suya. Cuando termina el beso, siente que la mujer le
muerde su labio superior.
- “Le dije que mis mordeduras son
deliciosas”
- “No lo son”
- “Usted dice que no, pero su cuerpo
lo desmiente. Déjeme demostrarle
que mi mordedura fue deliciosa”
La mujer desliza el indice de su
mano derecha desde el pecho de Miguel
hasta cinturón, introduce el dedo una
pequeña fracción entre el
pantalón y la camisa y lo jala hacia ella.
-
“Miguel, Miguel, desde que lo vi entrar supe que terminaríamos así…”
Miguel se sienta en la silla. La
mujer comienza a desabrocharse la blusa.
La deja en el respaldo de la silla y con agilidad lleva sus manos hacia atrás y
suelta el broche del sostén, luego baja el cierre lateral del vestido. La mujer se acerca, entrecruza sus manos en la
nuca y lo atrae hacia sí.
Miguel
suelta su cinturón y se levanta.
Sorpresivamente dice.
- “¡Ya, ya! Me aburrí, Tamara! ¡Fue
más entretenido cuando jugamos
al doctor y la enferma!
- "¡Que eres aburrido Iván. Solo te gusta cuando eres tú quien lleva el pandero!
Jueves 12 de Febrero 2015, 21:45
Jueves 12 de Febrero 2015, 21:45
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