Humberto
trabaja como junior en una gran oficina de constructores y arquitectos. Día por
medio recorre en bicicleta casi toda Las Condes y la mitad de Ñuñoa, llevando y
trayendo encomiendas, tubos con planos inmensos que parecen baguettes excesivos
saliendo del canasto posterior de su bicicleta. Le han dicho muchas veces que es peligroso, pero no hace caso; se pone los audífonos
y luego el casco. Escucha mucho a Sandro, Manzanero, Roberto Carlos. Es muy
sentimental.
Lleva dos meses intentando olvidar a Elizabeth; dice que quiere
pero no puede y sabe que esa música la revive cada día un poco más; a veces se
emociona mucho y su boca comienza a hacer pucheros como si fuera un niño. Ahora
va escuchando “Asi” y sabe que el tema que sigue es “Tu cariño se me va" de Buddy Richard. Se restriega los ojos
apenas comienza la canción y Eli vuelve a ocupar todo el espacio de sus recuerdos. Intenta explicarse por milésima vez cómo es posible que
lo haya dejado por ese futbolista de tercera división.
Mientras limpia los anteojos, la luz del semáforo ha
cambiando a verde. Por atrás se aproxima un bus a toda velocidad, pero justo
en ese momento, Humberto se aparta de la calle para permitir que la canción entre con fuerza en su corazón herido y lo llene de esa tristeza que, por extraño que parezca, es su alegría. El bus pasa a centímetros, levantando una ráfaga que le mueve la bicicleta. Sin saberlo, esa pequeña decision a favor de la pena, le ha salvado la vida.
Lunes 2 de Febrero de 2015, 21:50
Lunes 2 de Febrero de 2015, 21:50
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