La lana cruda.
Inés se enamoró de un chilote cuando acababa de terminar cuarto medio y
su curso decidió hacer el viaje de estudios a la isla grande.
Lo conoció el primer día. Desde hacia tiempo que quería comprarse un
sueter rojo de lana cruda. En todas partes le decían que era muy difícil que
encontrara uno de ese color.
En la feria artesanal de Castro, en el último local
y cuando las compañeras le gritaban que se apurara pues el bus ya se iba, Inés encontró su sueter rojo y al amor
de su vida. Hace treinta años que vive con él y a pesar de que la vida no le ha
sido fácil, se considera muy feliz. Tienen tres hijos hombres.
Ayer estaba de visita en Puerto Montt y en el mismo momento que ocurría pudo ver el "pulso de menor intensidad" del Calbuco. Pensó que la tierra aun es muy jovencita...