Escrito en 1997
Camino en medio de hostiles elefantes que sólo
piensan en su comodidad; corro asustado entre sus piernas de carne dura y esponjosa. A veces vislumbro un pedazo de cielo pero no lo disfruto porque
tengo que escapar de las patas gigantesca que podrían triturarme. Voy de calle
en calle preguntando y las direcciones que doy no las conoce nadie.
¿Pero adónde
quiere ir señor?
Qué puedo contestar si no lo sé. Sólo tengo estas direcciones
que me dieron...
Qué puedo hacer si me chantajean con quitarme lo que
mas quiero. ¿Qué puedo hacer?
Ahora me iré
acostar pensando en que mañana será otro día y que cabe la remota posibilidad
que sea diferente...
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