Ricardo levantó los hombros al tiempo que la sonrisa se
transformaba en una extraña mueca.
Oriana levantó el comunicador: “Don Nicolás, acaba de
llegar don Ricardo”
“Pase”
Ricardo entró a la oficina; Don Nicolás estaba en la ventana mirando la torre del reloj
Turri mientras sacaba de una bolsa blanca unos manís que descascaraba sin
mirarlos.
“Usted dirá, don Nicolás”
“Ricardo ... nos conocemos hace más de diez años, y cuando
digo nos conocemos, usted me entiende, creo que confía en mi y yo en
usted. Se lo digo porque quiero que me responda con toda sinceridad”
“Por supuesto don Nicolás. Usted sabe que yo no…. bueno ... usted dice que me conoce, por lo que no creo necesario decir más…”
“Bueno, bueno Ricardo… sólo una pregunta: Usted hace años
que mantiene unos depósitos a plazo renovables; ¿podría hacer un historial del
mismo? Mire, lo que pasa es que en la mañana me visitó un comisario de
investigaciones haciendo algunas preguntas referentes a usted; generalidades, cuanto tiempo trabaja acá, si ha tenido algún problema, etcétera, y si acaso mantenía una cuenta en este banco,
una cuenta personal, me refiero. Yo le dije que sí, que todos los empleados la
tienen pues el banco deposita las remuneraciones en ellas… Bueno, en fin, no
pregunto nada del otro mundo, salvo el asunto de los depósitos renovables de su
edificio, por lo que le pido me tenga el historial de los depósitos
y su respaldo. La verdad es que el comisario no me lo pidió, pero creo que es
conveniente que lo haga y más que nada, para usted mismo.
“No se preocupe don Nicolas, mañana a primera hora lo
tendrá en su escritorio”
“No hay apuro… hasta luego Ricardo y... tranquilo...
(Continuará)
Jueves 9 de Abril 2015, 23:15
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