Nieve y Tiempo
En el lento transcurrir de la tarde hacia la noche iba despejándose; el cielo, que unas unas horas antes de caer los primeros copos recibía ruidos, iba silenciando los sonidos sobre la tierra y mudando a un azul
profundo, ese que sólo podemos ver en la infancia. Las nubes iban
convirtiéndose en gigantescas motas de algodón que destacaban sobre el cielo
cada vez mas azul, ese azul que sólo podemos ver en ...
Y el silencio contagiaba serenidad..
Yo miraba extasiado el lento caer de la nieve, sabiendo que me estaban permitiendo ver el tiempo a la cara, porque cada copo era el tiempo. Ese
mirar que luego, cuando crece lo que creemos que somos, nos empaña la vista
hasta solo dejarnos ver una realidad sin poesía, como la de los espejos…
Creo que después, tan feliz, levitaba, me elevaba algunos centímetros; esa elevación que solo es posible a los siete años, antes que la pesadez de lo que creemos que somos nos haga tan pesados...
Somos mucho menos de lo que creemos que somos y mucho mas de lo que sabemos que somos...
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