Apenas
colgó el teléfono este comenzó a sonar nuevamente.
“Buenos días don Ricardo. Don Jorge
pide que suba, que quiere hablar con usted unos
minutos…”
“Subo en un minuto Oriana”
Don Jorge estaba acompañado de Pablo
Lacalle, el abogado del banco.
“Buenos días”
“Buenos días Ricardo; supongo que conoces a
Pablo; le he pedido te asesore en tu problema, por supuesto, con estricta
reserva y confidencialidad…
“Gracias don Jorge, pero creo que voy a contratar un abogado particular… Pero muchas gracias de todas manera y
también a usted Pablo…
“Bueno, sepa que cualquier cosa que
necesite puede contar con nosotros…, esperamos que todo resulte bien; usted sabe que no me
dedico a lo criminal, pero cualquier duda que tenga llámeme y veremos a quien
podemos consultarle. Hace un tiempo trabajaba con nosotros un abogado que creo
ahora es defensor publico … le podemos preguntar…
“Así lo haré. Gracias nuevamente”
“En
todo caso, si me permite un consejo… no gaste plata en abogado particular…
vaya a la corporación de asistencia judicial o bien, si el problema es
penal, a la defensoría penal publica, le garantizo que tendrá la mejor
defensa…
“Si, lo estoy pensando …” dijo
Ricardo.
(Continuará)
Domingo 19 de Abril 2015, 21:30
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