El hecho protagonizado por él “doctor” no puede justificarse
y es reprochable desde todo punto de vista. Faltó a las más elemental regla de educación: el respeto con que
debemos tratarnos unos a otros. Demostró, con su manera de actuar, qué es un
hombre poco razonable, lo que, en muchos casos puede provocar tanto o más daño
que el que puede producir un hombre malo.
Pero al mismo tiempo a muchos nos ha sorprendido el nivel de
violencia y crueldad con que se lo ha tratado en las redes sociales, en muchos
casos aun más que la utilizada por él. Nos parece que se olvida que detrás del personaje hay una familia, hijos, amigos, a los que también afecta.
Muchos sostienen que, pese a la vertiginosa evolución
tecnológica de los dos últimos siglos, el hombre, en lo esencial, no difiere
mucho del que vivía en las cavernas o vitoreaba a los gladiadores romanos.
Dicen algunos psicólogos que muchas
personas, impulsados por las propias frustraciones y amarguras, buscan constantemente
un chivo expiatorio con quien desahogar su propio fracaso.
Generalizar siempre es peligroso, pero algo de cierto hay en
muchos de los casos en las expresiones que se pueden observar en estas redes
sociales, pues de otra manera no se entiende.
En una preciosa novela de Evelyn Waugh, su protagonista,
Sebastian, le dice a un amigo que “comprender es perdonar”.
El gran Nicanor, con su lucidez, nos ha dicho que en su "Autoretrato" que el hombre es un "embutido de angel y bestia"
Nadie sabe qué es
lo que ocurre en el corazón humano. Es probable que muchos de los que hoy tiran
piedras, mañana puedan convertirse en los apedreados.
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