Al
volver al hotel le contó su experiencia a Sharan Bitta, quién no había querido acompañarlo pues, según su parecer oriental, el encuentro con el pasado debía hacerse
en solitario.
Esa
noche Giulio soñó con cada uno de los detalles de su antigua casa, tal
como la recordaba de su infancia. Al
despertar consideró que no haber preguntado y pedido permiso para entrar había
sido una tontera por lo que se decidió volver, esta vez acompañado de su mujer.
Planificaron la tarde y después de visitar los barrios mas típicos de Santiago
llegaron a Coventry. Apenas entraron por la Avenida Echeñique Giulio se sintió
desconcertado. Su casa no estaba. Miro hacia ambos lados de la calle y sólo confirmó que la automotora, el hotel y
la farmacia estaban tal como el día anterior, pero su casa había desaparecido; en su lugar se levantaba una galería comercial que atravesaba
hasta la otra calle.
Sharan
Bitta insistió en que pudo haberse equivocado, pero Giulio estaba seguro.
“Te
consta que vine ayer; no pude haber imaginado este hotel, ni esa compraventa de
automóviles. ¿Cómo lo explicas?
“No
sé, tal vez fue parte de tu sueño… intuición, no lo sé”
Sábado 6 de Septiembre de 2015, 23:55
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