Durante
el camino de regreso Giulio guardó silencio. No daba crédito a lo sucedido.
Estaba acostumbrado a dar explicaciones racionales, sin embargo ahora no podía
entender lo que había pasado. Pensó que tal vez era verdad lo que le decía su
mujer; que la intensidad del sueño hizo que mezclara la experiencia del día
anterior con una visión ilusoria. No
obstante, algo le intrigaba: cuando preguntó si lo dejaban subir a la terraza
del hotel dijo que quería ver su casa de la infancia desde lo alto. El botones había
consultado al gerente y éste dado la autorización. Ninguno había cuestionado su
existencia.
Esa
noche volvió a soñar, pero está vez, con ecuaciones que se esforzaba por resolver.
Se despertó con angustia y decidió volver solo a visitar su casa.
Cuando
se duchaba su mujer despertó.
“¿Vas
nuevamente?”
“Si.
Debo comprobarlo”
“¿Y
si vuelve a estar?”
“Te
llamaré para que vayas”
(Continuará)
Domingo 6 de Septiembre de 2015, 22:00
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