Apenas recobró la conciencia intentó recordar qué había pasado.
“¿Hay algo que necesite?” pregunto una enfermera de verde.
Fernando la quedó mirando sin decir nada.
Comenzó a recordar y de inmediato quiso preguntar cómo
estaba su hija, su mujer, pero no se atrevió.
Se vio a si mismo al volante pateando con insistencia el
freno de pie, luego, levantando
bruscamente el freno de mano mientras
veía aproximarse dos luces que se agrandaban a cada segundo.
“¡Es un camión!” escucho gritar a Cecilia.
El recuerdo se interrumpió al sentir una aguja que se le
introducía en el brazo, momentos después, una mascarilla que le hizo respirar
una aire frio. Oyó un pito agudo que sonaba intermitentemente. Recordó
nuevamente: su mujer y su hija. Ocupo la ultima energía para sacarse la
mascarilla y preguntar con dificultad:
“¿Cómo están?”
La enfermera se agachó y le susurró al oído.
“Las dos muy bien. Usted es el que esta muy mal…”
“Si alguien debe irse, que sea yo”, dijo y fue quedándose dormido
con una sonrisa.
Sábado 19 de Septiembre de 2015, 23:55
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