Después del quiebre Paulina vendió las pocas
cosas que tenia y viajó a Paris.
Vagó durante semanas intentado hacer algún amigo o amiga que la invitara a vivir en su casa. La primera noche durmió en la estación de metro de Port Royal; la segunda en la Luxembourg y finalmente hizo su residencia permanente en la cálida estación de La Sorbonne.
Vagó durante semanas intentado hacer algún amigo o amiga que la invitara a vivir en su casa. La primera noche durmió en la estación de metro de Port Royal; la segunda en la Luxembourg y finalmente hizo su residencia permanente en la cálida estación de La Sorbonne.
Fue en esta última donde conoció a un argentino enorme,
tan pobre y necesitado como ella. Se hicieron muy amigos pero no fue sino hasta
el tercer mes que se confesaron gustarse. La vida les era tan difícil que día
a día tenían que hacer milagros para no morir de hambre y de frio. Pero poco a
poco las cosas fueron mejorando. Paulina comenzó a hacer clases de español a un
grupo de estudiantes universitarios; Manuel consiguió emplearse como vendedor
de la mítica Shakespeare and Co.
A los tres años se casaron y nació André, quien con el
tiempo, se convirtió en el neurocirujano mas respetado de Bélgica.
Sábado 3 de Octubre de 2015, 22:30
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