“¿Náhuatl?, suena precioso. Imagino que es una lengua mexicana.
“Así es” contestó Zenobia, sin dejar de sonreír.
¡Pero no lo dejes en el zaguán! hazlo pasar, Zenobia”
Apenas entrar a una espaciosa sala, Zacarías se sorprendió
de la extraña decoración. Si su amigo le hubiera dicho que era arqueólogo no le hubiese extrañado encontrarse con una cantidad increíble de máscaras, pequeñas figuritas de obsidiana,
vasijas, y cacharros de greda, todo probablemente precolombino. Pero no, su
amigo era hijo de un diplomático mexicano.
“Ven, siéntate a mi lado y te explico”
“No le des la lata Zenobia, deja que respire. Estoy
preparando un guacamole del que te conté cuando estábamos en la escuela, luego
comerás Chile Nogado… ya verás"
Zacarías se sentó en un amplio sillón de felpa azul.
“Mira querido Zacarias. El Náhuatl es el idioma que hablaban
los toltecas en México y que luego se extendió a todo el territorio. Cuando
llegaron los españoles era la lengua que hablaban los aborígenes. Las primeras
palabras de amor que escucho Hernán Cortes de los labios de la Malinche eran en
Náhuatl que quiere decir sonido agradable y claro y…”
Zacarías hacia esfuerzos por concentrarse en lo que esa
mujer morena de piel oscura y rojiza le explicaba, pero era difícil; su
belleza exuberante y su manera de moverse lo habían cautivado. Por qué, sin
conocerlo le había dicho “mira querido”; por qué lo había saludado con un beso
mas intenso que lo que la cortesía obliga; por qué estaba sintiendo que su
corazón ardía? ¿Quienes eran Hernan Cortez y la Malinche?
(Continuará)
Martes 3 de Noviembre de 2015, 20:30
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